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06 Mar2021

EL DEDO EN EL DISPARADOR, CONTAR LO NO CONTADO

Texto de Rocío Uchofen en el conversatorio con Miguel Ruiz Effio, Premio Copé de Cuento 2020, como parte de la participación en la Feria Internacional del Libro de Huancayo FELIZH 2021

Muchas gracias por la invitación a la Feria del Libro de Huancayo 2021. A pesar de estar separados por la distancia, es agradable participar desde éste, el llamado quinto suyo, la diáspora, etc. Aprecio estar en este espacio donde la Literatura nos une y nos congrega. No hay límites ni distancias cuando se abre un libro, tampoco las hay cuando se escribe uno.

He leído con atención el cuento de Miguel Ruiz Effio (Lima 1977) un narrador que maneja un lenguaje directo además de una técnica dirigida a ingresar al lector en la historia. Un escritor que ya tiene una larga trayectoria, la cual incluye varios premios literarios, Miguel Ruiz Effio sabe lo que quiere, él quiere contarnos una historia completa. Para empezar el diálogo, he querido hacer un pequeño y breve análisis de “El dedo en el disparador”. Antes que nada, quienes lo han leído, han notado la obvia deconstrucción de la línea temporal, este no es un cuento que siga el orden “normal” de nuestro tiempo lineal. A sabiendas de esto y sin ánimo de contarles el cuento totalmente y arruinarles la lectura, he decidido tomar tres puntos de conversación 1. La estructura del cuento:

  1. La historia de “El dedo en el disparador” aparece estructurada entre dos perspectivas. Un narrador en primera persona que nos sumerge en una escena cotidiana, el encuentro de un nuevo padre con su hijo recién nacido. Una narración que sin embargo pareciera un reporte de laboratorio (luego nos enteramos de que el padre es un biólogo). La parte central de la historia, sin embargo, nos llega a través del artículo periodístico escrito ocho años después del suceso trágico. Nos enteramos de la historia a través de varios filtros: El biólogo conversa con un periodista quien a su vez ha redactado la historia que leemos y acoplado los comentarios de otros entrevistados que dan un sentido de historia global para que el lector mismo empiece a sacar sus conclusiones. Luego regresamos al narrador en primera persona, ocho años atrás, días después de la tragedia, con la parte, para mí, más interesante del cuento: Un simple juego entre padre e hijo, un juego descrito como quien sigue un experimento: el bebé que persigue al juguete cerca de la piscina. ¿El amor del padre o hay algo más en todo esto? Es lo que se podría llamar “contar lo no contado”.
  2. La violencia: La tenencia de armas en los Estados Unidos ha sido en las últimas décadas un problema muy difícil de resolver. Hasta antes de la pandemia fue una discusión recurrente que ha tomado un hiato extraño, no es que no haya habido muertes por arma de fuego, es que la proporción ha disminuido drásticamente. Tal vez porque la distancia social y el agobio de las muertes por Covid-19 no han dado paso a escenarios perfectos para tiroteos. Sin embargo, durante las protestas por la muerte de George Floyd, que en muchos estados se tornaron violentas, la tenencia de armas hizo de ciertos barrios de suburbio, verdaderos fortines de defensa. La destreza narrativa de Miguel Ruiz Effio nos lleva no solamente al tema de la tenencia de armas, es la violencia en sí la que está presente, es un hilo narrativo que toma fuerza al saber que la víctima y madre del niño, es peruana y llegó a los Estados Unidos en los 80, escapando junto a su familia de la violencia terrorista en el Perú. ¿Es acaso un sino del peruano no poder evitar el golpe frío de la violencia, cuyo dedo largo alcanza hasta las distancias más lejanas? Me pongo a pensar, por ejemplo, en los seis peruanos que murieron entre las más de 2000 víctimas del atentado de las torres gemelas en el 2001. La violencia que traspasa fronteras, la violencia universal. Uno de los entrevistados en el cuento, comenta que la víctima (bióloga de profesión y con una carrera en ciernes) era idiota porque portaba un arma; el comentario en sí genera ideas: Nunca se discute la razón por la que la víctima decide portar un arma mientras visita un hipermercado, las razones pueden ser múltiples, el arma como defensa es un derecho de los ciudadanos estadounidenses, en algunos estados está regulado, en otros es cosa de todos los días comprar un arma, como en Idaho, donde sucede la tragedia (o “el accidente” como lo llaman en el cuento). ¿La víctima pertenecía a una doble minoría, era mujer e inmigrante, acaso habría sucedido algo para hacerla desconfiar de su alrededor? ¿Cuál es esa historia que no sabemos y que tal vez se fue a la tumba con ella? Es muy interesante notar que el marido es quien le compra el bolso con bolsillo externo para llevar una pistola. La violencia entonces tiene una presencia sutil, desencadena la historia, mueve las vidas de los personajes, empuja finales y desata nudos narrativos.
  3. Contar lo no contado. La maestría de un narrador se muestra al abrir un universo con muy pocas palabras. En la literatura peruana hay una lista generosa de cuentistas que dominan el contar lo no contado, el uso de símbolos, objetos, pequeñas pistas que sugieren más de lo que genera una primera lectura. Miguel Ruiz Effio lo sabe, hace uso de imágenes, pero también utiliza la palabra misma para abrir significados. La magistralidad de un relato reside en que hay más significados que bifurcan o a veces multiplican los finales. A los lectores de este cuento los invito a leer entre líneas, a analizar los motivos del padre antes y después del accidente, las pistas abiertas por la investigación del periodista y sobre todo, los invito a detenerse en el final abierto que tal vez cierra un círculo pero abre nuevos laberintos. Es muy significativo el discurso del narrador en primera persona, lo emotivo del discurso lingüístico de este tipo de narrador está, sin embargo, reprimido y hay una razón para aquello. Nada en narrativa es un cabo suelto, todo es parte de un conjunto armónico y significante, o de una dualidad; la del sistema semiótico y la de un meta-lenguaje (si queremos citar a Greimas). Hay muchos puntos en este relato que cuentan una historia no contada verbalmente y allí reside su trascendencia.

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ROCÍO UCHOFEN es escritora y gestora cultural. Dirige los contenidos de Híbrido Literario desde el 2002. Su programa de radio, transmitido desde Staten Island, Nueva York, está al aire desde el 2017 y ha servido como un canalizador de la diversidad creativa en español, tanto en Estados Unidos como en varios países de habla hispana.

Híbrido Literario, Literatura y Música es un programa que se transmite a través de la radio comunitaria Maker Park Radio. Los episodios bajo la conducción de Rocío Uchofen, se emiten una vez al mes, con algunos programas extras cada cierto tiempo. Los episodios han contado con la visita de varios escritores invitados e incluyen lectura, música, entrevista, tertulia literaria, conversaciones acerca del oficio de escritor, además de presentaciones de libros o eventos en el área de Nueva York.

Rocío escribe narrativa y poesía. Ha sido recipiente de una micro-residencia por la Poetry Society of New York. Ha publicado sus cuentos y poemas en diversas publicaciones en América y Europa.

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