Volver a noticias
23 Nov2016

“PROOÈMIUM MORTIS”, POESíA VIVA, GENIAL ALQUIMIA, DE RENATO SANDOVAL.

Gráfico4

Reseña de Liliana Quinto Laguna desde Puno, sobre el poemario “Prooemium mortis” de Renato Sandoval, publicado por Ediciones Copé de Petroperú

La producción poética de Renato Sandoval Bacigalupo, poeta, traductor, editor e infatigable promotor cultural,  viene a significar una de las más sobresalientes e importantes de la literatura peruana, desde “Singladuras”, hasta el presente poemario, por las rutas de la poesía y narrativa, en un transitar con pié firme y fuerza de su genio poético. Ha sido un deleite literario y espiritual, leer, conmoverme, con “PROOÉMIUM MORTIS”, poemario con el que obtuvo el Premio Copé de Bronce de Poesía 2015 otorgado por PETROPERÚ.

El poeta anuncia que “veinticuatro filósofos se reunieron en un Simposio, para dar cada uno su propia definición de la divinidad…” Estoy segura que uno de los participantes que dirigía el Simposio era él. Algo así como la comedia divina para polemizar con Dios.

PROOÉMIUM MORTIS,  certeza previa, de un mensaje de vida que habla sobre la muerte con expresiones que laten, en la mente, en el corazón, son huellas escritas en mármol a prueba de cualquier tempestad. hay un diálogo permanente con Dios y el hombre, emociona intensamente, leer el libro, tiene magia, y realidad, se engarza con versiones ideológicas, lingüísticas, sociológicas, lúdicas, antropológicas, históricas, ataviado con los más hermosos trajes y colores de la metáfora, a veces aterciopelada, dulce, a veces en vuelta en pesar, son fuegos artificiales que anuncian esa verdad que sacude existencias, es un lienzo de vida y muerte, con matices profundos de realidad, con imágenes cinéticas del hombre que vence tormentas, barreras, hostilidades, para renacer siempre poderoso como el ave fénix, en un diálogo permanente con el Creador donde el  para qué toma sentido cuando se halla el porqué.

“Dios es una mónada que engendra una mónada y refleja en sí mismo una sola llama de amor”

“Entonces el punto/la escueta cava del encanto/el norte imbuido en su propia especie/a tientas en el umbral de la razón no concebida/el murmullo de las manos replegadas contra la muerte…”

De esta manera el libro abraza, prístino verbo que escapa de lo cotidiano, un discurso basado en el Hacedor, en la vida, de la mano con la muerte, en el hombre y su esencia, cual copa de cava, que está en la parte superior de una montaña, que se llena de inspiración primero, para desbordar versos a los que irradian existencias.

Luego, el poeta dirá, “…el munífico saber de los más débiles…” la sabia e inmensa generosidad de la fragilidad, la sinceridad y originalidad, recordando que el origen, es “el germen vital de algo” y es de esa vitalidad de la que se nutren versos y desarrolla la esencia poética. El poeta zambulle en el interior, juega con el núcleo de la vida, pasea con “fina estampa” por todos los caminos y vericuetos del alma humana para traducirlo en sinceridad consumada, que sacude, asombra, que no pasa inadvertida, porque está en la esencia, en la memoria corporal y en todo este recorrido realiza un alto en el camino para saciar esa sed de respuestas verídicas, y es que “el hombre se hace consiente de su destino histórico, de su dependencia de los dioses que pueden conferirle o negarle su gracia”.

Es un mensaje que se adentra a enigmas, donde los versos son fundamento, instauración, ofrenda, interrogación, discurso filosófico, con el único fin de adentrarse a lugares recónditos e inefables y traspasa  límites y dramas existenciales.

“DIOS ES UNA ESFERA INFINITA CUYO CENTRO SE HALLA EN TODAS PARTES Y SU CIRCUNFERENCIA EN NINGUNA”. Genial y certera referencia al creador.

“Causa continua a puro ajuste de cuentas con su tinta/ y su palabra extensa en triangular línea que a sí misma se hace y se acaricia…” Sabia explicación, donde se presenta el temperamento, el carácter, las aptitudes y actitudes, todas se confabulan para dar en el blanco con los ojos cerrados. Versos que acechan, sacuden, por el reojo de la conciencia.

“…soledad de las sustancias a simple vista desde las zarzas,/ un paredón de gemidos y sobresaltos/ y la guadaña bajo la aurora,/ quieta, acezante…” Claras imágenes que sacuden, poesía con fuego en el polo norte que es a veces la realidad, con color en noches de insomnio y dudas existenciales, con relieves que se adormecen en pliegues de la memoria, que pasean en tierra firme e inesperada-mente se recogen para volar y hacer nido en conciencias. Escritura que huye de la trivialidad del lenguaje, hermosa gama de colores, los mismos matices de la vida con crepúsculos y albas, es esa historia que sacude, que sorprende y se extiende hasta reconocerla y hacerla humana por su personalísimo sello, huellas digitales del alma.

“DIOS ES AMOR QUE CUANTO MÁS POSEE MÁS SE ESCONDE”.

“En el roble fragmentario/está la ley de la ley del caos siniestro/en donde habitan todos los deseos irredentos/puro el saber de ciencias convictas/por querer destripar el àrbol de la historia…”

Dios es amor y sabiduría. Y no es acaso la imperfección humana y la ciencia, y altas resoluciones que sacuden el “roble fragmentario” únicamente, “por querer destripar el árbol de la historia…” para cazar la lucidez conceptual, en ese mapa metafísico y divino y situarlo en la brújula de la humanidad.

“DIOS ES EL ÚNICO QUE VIVE DEL PENSAMIENTO DE SÍ MISMO”.

“El caballo emplumado adelanta una pata luego las otras tres y avanza en la inmovilidad que lo rodea. En realidad, a medida que va moviendo sus patas lo  que aumenta de tamaño es su cuerpo denso e intacto que sigue creciendo, sin moverse, hasta el momento o el día en que decide detenerse…el caballo crecerá hasta donde su mente lo desee…” Si hay vida existe movimiento, crece como el coral y continuará si lo anhela, aún por rutas pedregosas pero sin desbocarse, ni vaciarse porque contiene en sì sueños y metas que apasionan.

Walt Whitman afirmó en una ocasión, “Toda la teoría del Universo está dirigida sin lugar a dudas a un único individuo, o sea a USTED”. No se trata de una afirmación egoísta, sino que responde perfectamente a la cosmovisión del poeta. “Usted es a un tiempo parte de la humanidad y un ser humano individual”. Por lo mismo, el ser humano tiene ese valor completo y total, lo que lo convierte en protagonista de su propia vida, algunas veces por caminos sinuosos e innovadores ò es la experiencia deja vú, ya vista y vivida con anterioridad. El Poemario de Renato, nos habla sobre lo vivido, pero también de vivir al máximo y luchar por la vida, porque una célula que respira armonía interior contribuye a la salud de toda la humanidad y el poeta lo sabe.

“DIOS ES EL ÙNICO AL QUE, A CAUSA DE SU EXCELENCIA, LAS PALABRAS NO ALCANZAN A SIGNIFICAR, NI LA MENTE, A CAUSA DE SU DESEMEJANZA A COMPRENDER”.

“Solo una palabra y las constelaciones caerían en flecos de sol o ascenderían celestes hasta las copas de los tilos como globos de ensayo. La historia sería contada nuevamente y no habría ya un hombre que renegase de ti y el agua correría dulce y blanca por estas arterias intrincadas que a tientas buscan descifrar tu escritura”. El poeta lo expresa con tal asombro que no hay otra manera de nombrar tal grandeza, colosal presencia del Hacedor, “…solo una palabra y las constelaciones caerían en flecos de sol o ascenderían celestes hasta las copas de los tilos como globos de ensayo…”Y lo que acontece, contar la historia envuelta en experiencia y varias interrogantes en dulce espera de respuestas, “…y el agua correría dulce y blanca…” extasiada de pureza y sin acertijos. Pero sì, la realidad, el lugar verdadero, visto y escuchado, la verídica emoción, el poeta se sitúa en el núcleo, entre la pasión por la literatura, y la vida, inspiración infinita. Personal declaración envuelta en emoción universal, recuerdo, dolor, alegría, latido de cada día, cada segundo que aporta información humana, alejada de la dialéctica vacía, no están las muletillas e interjecciones que se adormecen en mitad de la existencia, es un verbo vivo, por lo mismo preciso, se amalgama con su intuición y sus años de oficio, las lecturas en y de los viajes, de los caminos de-vida, las culturas de Países, sin duda dejan interminables ases bajo la manga y ese golpe de efecto da en el blanco y duele, porque la humanidad sabe, interroga, espera, duda, siente, goza, llora, vive en pantanos donde la poesía es la flor de loto que alegra cada dìa, aunque amanezca nublado, porque hay un guión natural y decidimos ser los protagonistas o actores de reparto, en ese gran teatro llamado vida, donde un Creador ovaciona en primera fila, porque sólo él ha escrito el final de la obra, aunque escuchemos noticias de que pronto se bajará el telón. Y en ese teatro está el poeta, en diferentes escenarios coloreándolos sutilmente, con tonos psicológicos, de fondo hay melodías existenciales, con suave nota social, moral, política, en una saudade de versos en la sociedad, donde se abraza la soledad… de todos juntos.

Desglosando el poemario, resaltan versos de hermosa cadencia y fina sensibilidad:

“…entonces fue que te vi/sin temor alguno/con una rama te abrías el pecho/en el parque de la tarde/una esquirla brotó del fondo de tu nada/.” Cuando la vida nos presenta difíciles pruebas, experiencias únicas para cada mortal, percibimos a la muerte como el fin, la despedida de nuestra identidad actual, como todo en este mundo terrenal tiene un principio y un fin, caminamos por este mundo de ciclos que comienzan y terminan, en universo constante  en un universo infinito. Existe el miedo a la muerte al inicio, al medio, al filo de la vida. “…ENTONCES FUE QUE TE VI SIN TEMOR ALGUNO”. Ahí la muerte, dama misteriosa, que espera paciente-mente en la soledad, allí donde la sombras se toman las manos y aplauden, el poeta observa a la musa de su inspiración que es la vida, ella le dà un beso en la frente psicoanalítica sagaz, profunda. Inagotable creatividad…que lo induce a romper esquemas, esa absoluta libertad, responsabilidad literaria, y organizaciòn que lo erige muchas veces como ejemplo de inspiración.

Versos delicada-mente hermosos, danzan en la pista ataviados de hermosos trajes que brillan:

“…el murmullo de las manos replegadas contra la mente…”

“…la noche es un antifaz sin capa ni espada…”

“…he encontrado a una mujer un alce, una espiga meditando sobre el pan…”

“…de un infante que ya no sabe qué hacer con su dicha…”

“…donde los geranios reposan su inconciencia y las lluvias del ayer rememoran sus tardos desconsuelos…”

“…el beso de sol, la nieve virgen y primorosa donde mis huellas fueron siempre su razón de estar ahí sin asomarse ya a ningún otro lado…”

“…es que me perdí por salir a buscarte o me perdiste porque a ti mismo te extraviaste, o quizás mas bien porque encontrarte era perderme o perderte era encontrarme…”

“…solo una palabra y las constelaciones caerían en flecos de sol o ascenderían celestes las copas de tilos como globos de ensayo…”

“…en la punta de la lengua hay una silueta,/en la ternura de su cáscara,/en su altura boquiabierta/un molino en forma de azucena canta a quien sin paz se fue por la brecha de tanta memoria”.

Poesía hermosa, mural de emociones en vitrina, con matices reales, acuarela que se difumina en mente y alma, voz de quienes no balbucean por temor. Poesía que es vértigo, es aliento, camino en el mar de tempestades que ausculta la conciencia y ofrece generosa-mente la mano, para llegar sanos y salvos a la orilla y cantar a un nuevo día, para contar a una y mil voces y veces esta fantástica y real travesía. Caminar a solas, de puntillas en la habitación con brasa en las manos, voz de infinidad de idiomas, donde el vértigo se coge de un clavo oxidado(realidad), para que el cristal cual nostálgica saudade conserve su prístina verdad, verdad que purifica, catarsis de páramos que esperan primaveras en la vida. Para interrogar desde la montaña más elevada, Yo no te busco Señor,  eres tú que a cada paso me encuentras, en una rama, en un río, en una risa envuelta en lágrima en un verso, “…Dios divino que alguna vez fuiste vino y seno,/ en verdad creí en tu aurora,/ en tu aliento de tul y en tus manos capaces de destrozar tu propia historia y armar la mía,/ esta que ahora una vez más se encabrita y se resiente,/ la que ya no es más que un pan de otrora…” “…Señor, te vi en mis oquedades /que murmuraban promesas de no se qué,/el curvo cielo en la rota sonrisa de la muerte…” “señor, esta historia ya no es tuya, pero tampoco mía…” “…TU REINO, EN EFECTO, NO ES DE ESTE MUNDO.¡QUE PODRÌA ATRAERTE DE ESTE PÀRAMO…” o cuando dice: “…Y pensar que otrora la muerte/solo era el columpio de los días/un rato aquí otro allá/y luego arriba más arriba…”

“…no hay ni confetis ni pastel en esta blanca despedida…”, “…un solo Dios para tanto despropósito…”. La atmósfera poética, señala la dureza del camino del ser humano, fustigada por esperanzas y promesas somnolientas, observadas por la muerte y su cálamo impaciente. El tono existencial remarca los versos, se torna a veces íntima, otras panorámica pero precisa, con una valija cargada de experiencias y geografías, lugares y gente con diferente idioma pero con las mismas dudas sobre la realidad. Es acaso un ataúd repleto de vida, latente en su mensaje jamás yacente. Versos erguidos con las manos envueltas en rezo, no son esperanzas finales es ilusión recién nacida, balbucea vida, lo que está en juego es la existencia, no puede zozobrar la respiración que adormece el miedo, que ahorca el tiempo con hilos aferrados a la cabellera del universo, es un arranque de ideas al corazón, porque el poeta existe en el fuego que calienta agazapado en sustancia en cada ángulo de vida en el día que despierta, porque el dolor no es eterno, versos que son testigos presentes donde descansa la palabra viva, desentierra la verdad y está dispuesta a latir sabiamente, es alquimia realmente, mágica. En el hablante lírico, presentes preguntas y afirmaciones existenciales se comprimen  en experiencia. PROOÉMIUM MORTIS, libro vivo que habla de la muerte, con dolor, con dulzura y sobretodo con pasión que inevitablemente cala emociones.

Poesía lograda en filigrana genuina de hermosos versos, profundamente significativos, escritos con el corazón, voz del Mundo profundo, del Perú ensimismado en sus atardeceres latiendo poéticamente, son voces de comunicación íntegra, de solidaridad social. Concepción estética de la palabra que se siente cercana a los otros, es  rosa hermosa que sangra en manos por las espinas. Alma, mente, cuerpo, buceando en la realidad del hombre. Audaz mensaje y reflexiones con el Creador, no en plática de fin de semana, sino en largas y extensas tertulias que comienzan en la cuna hasta la tumba. Se logra esta magia, cuando ya lo ha entendido todo y se apresta a explicarlo. Regalo que hace Renato Sandoval, gracias a ese talento poético cultivado en la meditación y soledad, con el temple del carácter, en medio de tormentas y tempestades. El poeta tiene la modestia de los grandes y es tal que se esconde entre sus versos que brillan… a lo Vallejo, por el dolor y fuerza. No en vano el poeta Jorge Eduardo Éielson valoraba tanto su poesía. Poética con profundidad de pensamiento, brevedad y claridad de estilo. en PROOÉMIUM MORTIS, ha escrito algo digno de leerse y con la organización de los Festivales Internacionales de Poesía en Lima (FIPLIMA), algo digno de escribirse… en laureles siempre vivos tornándose en el poeta imprescindible, que ha tenido que soportar críticas y desaprobaciones de los que no son capaces de hacer lo que él. Es como esa luz que brilla en la oscuridad porque “Una vela prendida podrá encender cien mil velas apagadas, mas cien mil velas apagadas, no podrán prender una sola vela”. Gracias Renato, por tu entrega poética y de vida.

 

Liliana Quinto Laguna.